Es curioso ver cómo cambian las cosas, las costumbres y los hábitos. Hace algunos años los teléfonos móviles solo salían en las películas y los fijos no tenían ningún tipo de pantallita o identificador de la llamada entrante. Todo eso fue ayer, pero el cambio ha sido tan grande que parece que han pasado muchos años ¿verdad?.

Lo curioso es que ahora cuando recibo una llamada no sé muy bien cómo contestar. Antiguamente uno se limitaba a descolgar, pegar el teléfono a la oreja y decir aquello de:

– ¿Digamé?

Como mucho podía hacer la broma del digamelón como nos recuerdan en ese anuncio tan bueno del hombre desactualizado, pero las variaciones no eran muchas más. Uno contestaba con decisión esperando que del otro lado se identificasen, dijesen el motivo de la llamada y comenzase la conversación.

Ahora la cosa cambia y mientras te están llamando te suele vibrar la pierna (y no porque te hayas puesto nervioso), coges el móvil y aparece el nombre de la persona que te está llamando. Últimamente estoy añadiendo fotos a los contactos de la agenda de modo que incluso me sale la cara de la persona que me está llamando. El problema, por llamarlo de algún modo es saber cómo tengo que contestar. Si se trata de alguien que te llama a menudo puedes salir con un simple y enérgico:

– ¡Dime!

Pero si se trata de alguien con quien no hablas hace un tiempo ese dime suena demasiado cercano, más bien parece que hubiese que recibir con algo del estilo:

– ¡Hola!, ¡cuánto tiempo!

¿Cuánto tiempo?, bueno eso solo será para cuando realmente ha pasado mucho tiempo. Sin embargo un escueto hola parece demasiado seco. Si hace un tiempo que no has hablado con esa persona pienso que debes recibirla de otro modo mejor. Entonces es cuando pienso decir aquello tan socorrido de:

– ¿Sí?

Vaya, ya he metido otra vez la pata. Si estoy viendo quién es… ¿para qué pregunto como si esperase alguna sorpresa sobre quién está llamando? Y mientras tanto estoy pensando que ya debería haber cogido la llamada, que se va a llegar a cortar. Y mientras tanto estoy pensando en qué estará pensando la otra persona cuando oiga mi respuesta, en cómo la interpretará y si responderé el modo correcto.

Por eso, si lees esto y alguna vez he tardado en contestarte cuando me has llamado al móvil, ten en cuenta que tan solo estaba buscando la mejor manera de recibirte.

Escuchando: Melendi – Novia a la fuga