Echando números

Echémos números, pero todo muy por encima, aproximado. ¿A cuánta gente conocemos? Supongamos que en cada casa viven una media de cuatro personas. En mi calle hay unas treinta casas y en el pueblo habrá unas ochenta o noventa calles. Hay calles con bloques de pisos, aunque sean pequeños. Pongamos por tanto unas ciento veinte.

Así por encima nos salen 14400. Vale, demasiado rápido, demasiadas calles o demasiadas casas vacías. Pensándolo bien solo en mi calle hay unas cinco casas vacías… En realidad según el periódico local había sobre unos 5500 habitantes empadronados. En fin, que hay miles de personas en el pueblo y ¿a cuántas conocemos? ¿cien? ¿doscientas?.

El otro dia estábamos en la chana de cervezas y veía con asombro cómo estábamos un montón de gente compartiendo un acto en común pero sin mirarnos ni relacionarnos entre nosotros. Todos manejabamos la misma y lógica actitud: conversación con los cuatro amigos que vas y están sentados a tu mesa. De vez en cuando se cruza alguna mirada. Alguien te mira pero se da cuenta de que la estás mirando y de pronto esconde su vista. Tampoco estamos preparados para conocernos todos, ni creo que fuesemos capaces de asimilarlo.
image
Es como el cultivo de humanos de Matrix, la mente no está preparada para tanta actividad. Al menos no está entrenada para ello. Por eso nos vemos, nos miramos de reojo y en raras ocasiones conocemos a todas esas personas que vemos a diario, de lejos, por la calle. No sé qué pasó exactamente por mi mente en aquel momento pero al mirar a mi alrededor vi un montón de gente extraña y empecé a tener una sensación incómoda sobre todos aquellos desconocidos. Si alguien de pronto te dice algo como: «Mira, estos son mis amigos», en ese momento empiezas a verlos de otro modo. Hablas con ellos, los conoces, y amplias un poco el circulo de conocidos pero volvamos a los números. Los números son curiosos. Si hay unas seis mil personas en el pueblo y conocemos a unos cien y creo que le estoy echando mucho, conocemos solo a un 1.6% de la gente. Si ampliamos esto a los demás sitios que solemos frecuentar: pueblos costeros, la capital, la facultad, el trabajo… el porcentaje bajará estrepitósamente.

Un dia hablaba con enlavin que durante los primeros años de tu vida vas conociendo a gente, y después empiezas a conocer relaciones entre esa gente. Esto lo hablábamos a raiz de que actualmente:

– Tengo un compañero de trabajo que trabajó con enlavín.
– Enlavin trabaja para la empresa que hice el trabajo fin de carrera.
– Lo conozco por motivos distintos a estos dos.

Bueno he puesto a esta persona humana por poner un ejemplo de este tipo, como podría haber nombrado a cualquier otro. Son las típicas situaciones donde decimos aquello de el mundo es un pañuelo. Pues bien, si es un pañuelo ¿por qué conozco a un 1.6% de la gente del pueblo? ¿Por qué ese porcentaje baja tanto si ampliamos un poco los límites geográficos? Debe de ser porque es un pañuelo por zonas. Cada grupo de gente aleatoriamente somos colocados en una de estas zonas del pañuelo y con los años vamos descubriendo que hay relaciones entre nosotros y que en el fondo nos conocemos todos. La gracia viene cuando el espacio/tiempo se curvan en un pliegue casual del pañuelo y este pliegue nos hace conocer a alguien que no habíamos conocido hasta ese momento. El pliegue puede ser casual pero también puede ser causal. Volviendo a Matrix, si alguien conoce una salida siempre puede echarnos una mano. Lo importante es que el operador esté de tu parte y te dé la dirección exacta donde tomar aquel teléfono que está sonando para tí. Solo entonces conseguirás, si llegas a tiempo antes de que deje de sonar, escapar de la ficción y encontrar el camino, tu camino.
image
Está bien, me tomo la medicación y a dormir…

Escuchando: Héroes del Silencio – Senda

Archivado en:Sin categoría

No hay comentarios en “Echando números”

  • nauj27 dijo:

    ¡Cáspita! ya decía yo que me sonaba esto de algo. Pensé que me sonaba por un fallo en Matrix pero no, ahora recuerdo que leí hace un par de años sobre el experimento de Milgram en los años 60:

    «En los años 60, el psicólogo social S. Milgram, concluyó un experimento pionero en redes sociales que intentaba concretar el tamaño de ese pañuelo. Milgram seleccionó arbitrariamente individuos en Nebraska. Se les pedía entonces que enviaran una carta a través de una cadena de conocidos mutuos hasta un individuo desconocido para ellos en Boston, a unos 2.500 km. Cada uno de los iniciadores de la cadena enviaba entonces a un conocido la carta con idénticas instrucciones. Siempre con la suposición razonable de que la distancia al personaje objetivo disminuiría.»
    […]
    «En 64 casos se lograron establecer cadenas de conocidos de conocidos que llevaban la carta desde el individuo inicial al individuo diana en Boston.»
    […]

    http://www.galeon.com/divulcat/articu/210.htm

    ¡Sí señol!

  • enlavin dijo:

    Juasjuasjuas, ese experimento que cuentas parece un ejemplo didáctico de cómo funciona un router de internet, pero hecho de carne ;)

  • enlavin dijo:

    En el fondo estás hablando de la teoría de los 6 grados de separación:

    http://digital.el-esceptico.org/leer.php?id=264&autor=3&tema=19

    Según esa teoría puedes encontrar una relación entre cualquiera 2 personas del mundo usando un máximo de 6 personas. Sin irse muy lejos, tú estás a 2 personas de Linus Torvalds ya que conoces a antonioz que conoce a Stallman que conoce a Linus Torvalds. Y no debes estar a muchas más personas de George W. Bush. Estás a 4 personas de David Bisbal, pq me conoces a mi y yo tengo a un amigo de Guadix que tiene un amigo en San José que es primo de Bisbal. O acuérdate de lo que me pasó el otro día en el irc con el tio ese que tenía una novia de Baza.

    Un ejemplo muy vistoso de esta teoría está en el oráculo de la Universidad de Virginia, que te relaciona cualquiera 2 actores usando otros actores:

    http://www.cs.virginia.edu/oracle/star_links.html

    Te sorprenderás de lo cerca que están, por ejemplo, Marujita Díaz y Rocco Siffredi. O Gwyneth Paltrow y Bigote Arrocet.

    De siempre lo he dicho: el mundo es un pañuelo, y Granada un pañuelo lleno de mocos.

    Nos vemos!